Todos sabemos que las redes sociales no paran de evolucionar, inspirarse unas en otras o incluso comprarse entre ellas. En medio de todo este «bullicio social media», de lo que más se habla últimamente, al menos entre las agencias y los clientes, es de conversión.
Ha habido ya casos de marcas que han hecho los primeros intentos por llevar el e-commerce al terreno de lo social sin demasiado éxito. Lo que hemos dado en llamar social-commerce parece que no acabe de despegar por uno u otro motivo; lo que me lleva a pensar que si algo hay de fondo, sobre todo en las redes sociales más tradicionales como por ejemplo facebook, eso es branding.
Lo sé, branding es un término que ha caído en desuso, que parece haber pasado de moda, pero… ¿estamos siendo justos con él?
Por mi parte estoy dispuesto a reconocerle un nuevo valor, y asumir que los largos procesos de creación o mantenimiento de marca se han acelerado drásticamente: se han eliminado fases, ya no hay una preparación de meses y luego se implementan acciones y luego se espera a ver qué pasa hasta tener los informes de ventas de final de trimestre: hablamos de un «real-time branding» en el que día tras día se implementan acciones y contenidos que el consumidor valida y en los que participa y de los que puedes tener datos al día siguiente.
Igual el término no está en desuso, igual con las redes sociales ha resurgido como un «Ave Fénix» con más fuerza que nunca para seguir aportando valor a la marca, pero con una forma totalmente distinta… sirva este artículo para recordar que no por eso deja de ser branding.
