Estamos llegando a un punto en el que los logos de las diferentes redes sociales y «marcas de internet» se van remodelando pasito a pasito para compartir cada vez más rasgos; una especie de convergencia de estilos.
No podemos negar cierta influencia de internet en todos nosotros, diseñadores, originada en mi opinión por la tendencia casi natural a buscar algo allí primero, ya sea información o inspiración, que hace que muchos de los logos que pueblan la red (es decir de servicios orientados al universo 2.0) compartan rasgos, estilos o tendencias.
Revisando este sutil rediseño de Mailchimp (el servicio para gestionar el envío de newsletters), nos recuerda un poco a lo que pasó recientemente con el de Instagram, que cambió para seguir igual, pero «mejor». Nos da de algún modo la sensación de que las cosas se lanzasen rápidamente, con un diseño de logotipo provisional y luego, poco tiempo después, se rediseñase no para cambiar nada, sino para perfeccionar ciertos detalles que no quedaron del todo bien en su prematuro nacimiento.
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